El 11 de marzo de 2011, un terremoto de 9.0 grados
sacudió la costa de Japón, generando un tsunami que devastó el noreste de ese
país. El tsunami provocó una serie de accidentes
en la planta nuclear de Fukushima, causando explosiones, y dañando seriamente
las instalaciones. En tres reactores
ocurrió una fusión parcial del núcleo, y en unos tanques de enfriamiento las
barras de combustible gastados comenzaron a sobrecalentarse. Ante el temor de una fuga masiva de radiación,
el gobierno de Japón declaró un estado de emergencia nuclear, evacuando toda la
población que vivía dentro de un radio de 20 km.
Comentando sobre el impacto inmediato del accidente
nuclear en Fukushima, Wikipedia dice:
“Tras el fallo de los sistemas de refrigeración de los
reactores de la central nuclear se realizaron emisiones controladas de gases
radiactivos al exterior, para reducir la presión en el recinto de contención.
Se emitió al exterior una cantidad
no determinada de partículas radiactivas.
El día domingo 27 de marzo se detectó en el agua del
interior de las instalaciones un nivel de radiación cien mil veces por encima
de lo normal, posiblemente procedente de una fuga del reactor número 2. Estos
niveles de radiación dificultaban las labores de los operarios. Asimismo los niveles de yodo
radiactivo en el agua del mar en las inmediaciones de la central eran 1.850
veces mayores que los que marcan los límites legales. También se detectó
plutonio fuera de los reactores, procedente posiblemente del reactor número 3,
el único que trabajaba con ese elemento.
Pocos días después del accidente se detectó yodo radiactivo en el agua potable de Tokio, así como altos niveles de radiactividad en leche producida en la
cercanía de la central, y en espinacas producidas en la vecina Prefectura de Ibaraki.
Una semana después del accidente se pudieron detectar en California partículas radiactivas procedentes de Japón,
que habían atravesado el Océano Pacífico. Algunos días después se detectó yodo
radiactivo en Finlandia, si bien en ambos casos se descartaba que los niveles
de radiación detectados fuesen peligrosos.
El día miércoles 27 de abril se detectó en España, y
en otros países de Europa según el Consejo de Seguridad Nuclear, un aumento
de yodo y cesio
en el aire, proveniente del accidente de Fukushima. El Consejo de Seguridad Nuclear afirmó que no
existía peligro para la salud.
FUENTE:
http://es.wikipedia.org/wiki/Accidente_nuclear_de_Fukushima_I
Ante la magnitud del desastre, el gobierno de Japón
decidió que la planta nuclear no volvería a ser operativa, y que una vez que se
había controlado el accidente, se clausuraría la planta para siempre.
Sin embargo, más de dos años después, lejos de haberse
controlado el desastre, la planta nuclear sigue causando grandes problemas, y
constituye un tremendo peligro, no sólo para la población japonesa, sino para
los países vecinos. En la actualidad, la
planta está emitiendo tanta radiación, que si una persona estuviera en el sitio
por dos o tres horas, sin ropa protectora, recibiría una dosis fatal de
radiación.
Los científicos que están monitoreando la planta
informan que cada día unas 300 toneladas de agua altamente contaminada se están
filtrando al océano Pacífico.
Obviamente
el agua está afectando toda la vida biótica en la zona. Al mismo tiempo, unas 400 toneladas de agua
están ingresando (por el subsuelo) a una parte de la planta, proveniente de los
cerros aledaños. Esta agua tiene que ser
bombeada diariamente a 1,000 pozos de contención, que ya tienen unas 330,000
toneladas de agua tóxica almacenada. Para tratar de controlar la situación, y
limitar el daño causado por más y más agua contaminada, el gobierno está
considerando crear un muro de hielo debajo de la planta, para impedir el
ingreso de más agua. Este muro no estará listo hasta el año 2015. Mientras
tanto, el daño ecológico al medio ambiente continúa incrementando.
El Efecto de la Radiación |
Cuando consideramos que muchos países están planeando
construir plantas nucleares, y que muchas de esas plantas se encuentran en
lugares de alto riesgo sísmico, uno se imagina el enorme peligro que eso
constituye para el futuro. El libro de
Apocalipsis habla de una serie de desastres naturales que afectarán tanto al
mar como a los ríos. El accidente en
Fukushima nos indica que los tiempos del fin se van acercando. Es muy posible que ocurran otros desastres
nucleares similares, sólo que estos tendrían cada vez mayores consecuencias para el
planeta tierra, y la raza humana.
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