martes, 22 de octubre de 2013

La Guerra Civil Islámica


Introducción

Luego del cristianismo, el islam es la religión más grande del mundo.  Cuenta con unos 1,500 millones de seguidores.  El ‘rostro’ que presenta es uno de unidad y fraternidad.  

“Quienes profesan la fe del Islam son más de 1,500 millones de almas en el mundo, es decir la cuarta parte de los habitantes del planeta, de los cuales su inmensa mayoría vive en paz, familiarmente y practica la convivencia armoniosa tal como lo ordena El Creador”[1].

Pero la triste realidad, es que en varios países islámicos lo que se ve es nada menos que una guerra civil.  Sólo tenemos que mencionar los países como Siria, Líbano, Egipto e Irak para entender eso. 

Un factor común en varios de esos países es la tensión perenne entre dos ramas de islam – los sunitas y los chiitas.  Por unos 1,300 años, estos grupos se han confrontado; pero esa confrontación se ha agudizado en los últimos años.


1.  LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS SUNITAS Y LOS CHIITAS

Estas dos ramas del islam tienen sus raíces en la lucha que ocurrió dentro del islam, luego de la muerte del fundador – Mahoma, en 632 d.C.   Antes de morir, Mahoma nombró como su sucesor a Alí; el esposo de su hija, Fátima.   Pero Aisha, la esposa de Mahoma, se opuso al califato de Alí.  Aisha fue apoyada por ciertos hombres de influencia en Mecca, quienes nombraron a Abu Baker como el primer Califa (líder máximo de la religión islámica). En las guerras que sucedieron, los seguidores de los califas vencieron a los seguidores de Alí.  De ese modo, comenzó a prevalecer los que luego serían conocidos como los sunitas.

Antes de morir, Alí trasladó la capital del islam de Medina a Kufa, una ciudad ubicada en el sitio de la antigua Babilonia (en el actual país de Irak).  A partir de ese momento, el territorio de Irak se convirtió en el centro de los chiitas.  Ellos comenzaron a expandirse, y a prepararse para la llegada del duodécimo imam, quien (según ellos) salvaría a la humanidad.

Los sunitas son los musulmanes ortodoxos.  La palabra, ‘suni’, significa ‘tradición’.  Los sunitas son los seguidores de los califas, los primeros sucesores de Mahoma.  Ellos representan el 90% de todos los musulmanes, a nivel mundial.  Los sunitas no tienen una organización bien unida, ni un líder espiritual de autoridad universal y absoluto. Ellos separan el liderazgo espiritual (del islam) del poder del estado. 

Los chiitas son los musulmanes radicales.  El nombre, ‘chiitas’, es una abreviación de la frase (en árabe), ‘Shiat Alí’, que significa ‘partidarios de Alí’.   Ellos conforman sólo el 10% de los musulmanes.  La siguiente tabla indica la presencia de chiitas en varios países:


País
Sunnitas
Chiitas
Afganistán
84%
15%
Bahréin
30%
70%
Egipto
90%
1%
Irán
10%
89%
Irak
32-37%
60-65%
Kuwait
60%
25%
Líbano
23%
38%
Pakistán
77%
20%
Arabia Saudita
90%
10%
Siria
74%
16%
Turquía
83-93%
7-17%
Emiratos Árabes
81%
15%
Yemen
70%
30%



Como vemos, los chiitas se encuentran principalmente en los países de Irán (89%), Irak (60%), Bahréin (70%), y en el Líbano (38%).  También existen minorías importantes en Siria (16%), Afganistán (15%), Yemen (30%) y Paquistán (20%).

Los chiitas son liderados por el Imam supremo, que es comparable al Papa dentro del catolicismo.  El Imam establece un tejido social y político a su alrededor, que le concede tremendo poder.  Él procura ejercer su poder, influenciando al estado, y a las decisiones del estado.

La Distribución Mundial de Sunitas (verde claro) y Chiitas (verde oscuro)


2.  LAS MANIFESTACIONES DE LA GUERRA CIVIL

Por siglos, ambos grupos lograron convivir, con bastante tranquilidad.  Pero, a fines del siglo 20, y a comienzos del siglo 21, fuertes tensiones comenzaron a manifestarse entre ellos.  ¿Por qué?  La verdad es compleja, pero dos eventos jugaron un papel clave en fomentar las tensiones entre ambos grupos:


i.     La Revolución en Irán, en 1979, contra el antiguo Sah (presidente), que gozó el apoyo de los EEUU.  En 1979, el Sah fue reemplazado por un gobierno chiita, liderado por el ayatolá Jomeini.  Él se presentó como el líder supremo de los todos los musulmanes, y comenzó a promover una doctrina radical hacia los sunitas, que resultó en la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), que dejó a más de un millón de muertos. La enseñanza de Jomeini generó una sospecha hacia los chiitas en varios países

ii.    La invasión de Irak, en 2003, por los EEUU y sus aliados. Esta invasión derrocó el gobierno de Hussein, quien era sunita, y que por décadas había gobernado sobre la mayoría chiita. Tras la caída de Hussein, los chiitas tomaron el control del país, apoyados por los EEUU.  Dado a ese apoyo extranjero, los chiitas fueron considerados traidores; cosa que exacerbó las tensiones entre los sunitas y los chiitas, no sólo en Irak, sino en otros países aledaños.


a.  En Siria

Como comentamos en el blog, “El Sangrado de Siria”, la guerra civil en ese país se debe a la confrontación entre el presidente Assad (que pertenece a los alawitas, que es una rama de los chiitas), y la mayoría de la población, que es sunita (ver mapa abajo). 


DIVERSISDAD RELIGIOSA EN SIRIA

Hasta el momento, la guerra civil ha cobrado más de 100,000 vidas, y ha desplazado a más de 4 millones de habitantes.  Por su afiliación religiosa, el gobierno de Irán está apoyando al gobierno de Siria; mientras que los rebeldes (sunitas) gozan el apoyo de los musulmanes en otras partes del mundo.  El temor es que la guerra civil en Siria podría desatar una guerra civil de mayor alance en todo el Medio Oriente, entre los sunitas y los chiitas[2].


b.  En Irán

Irán es el país que tiene un mayor porcentaje de chiitas (89%).  No hay problemas internos; pero Irán ambiciona ser el líder de todos los países islámicos en el Medio Oriente.  Esa es la filosofía chiita, y es apoyada por el concepto del duodécimo Imam, que Irán considera surgirá dentro de su territorio.

Los demás países árabes, tienen temor de las ambiciones de Irán.  Algunos están diciendo que el mayor riesgo para el mundo musulmán ya no es Israel, ni los EEUU, sino Irán, y sus ambiciones globales.  Esta percepción se ha agudizado desde que inició la guerra civil en Siria. 


c.   En Irak

Como ya hemos notado, el centro histórico de los chiitas es Irak.  Sin embargo, en la actualidad Irak es un país claramente dividido, religiosamente.  Un 60% de la población es chiita, mientras que un 40% es sunita (ver el mapa abajo).  Eso genera una situación sumamente peligrosa, con tensiones entre ambos grupos que se manifiestan en atentados terroristas.   

GRUPOS ÉTNICOS Y RELIGIOSOS EN IRAK


En diciembre del 2012, estimulados por la guerra en Siria, los sunitas comenzaron a rebelarse contra el gobierno liderado por los chiitas.  En mayo del 2013, una serie de atentados contra los chiitas resultó en la muerte de 449 personas.  Los chiitas respondieron, atacando mezquitas de los sunitas.  A partir de esa fecha, los ataques continuaron sin parar; ambos grupos atacándose mutuamente.  El temor es que la situación en Iraq se podría degenerar en una guerra civil entre sunitas y chiitas.


d.  En Pakistán

Pakistán es un país predominantemente islámico, con un 97 % de la población profesando esa fe.  A lo largo de los años, las principales tensiones han sido entre los musulmanes y los cristianos.  Sin embargo, en los últimos años se vienen generando una serie de tensiones entre los sunitas y los chiitas en Pakistán.  Eso se debe a que en 1981, el General Zía, aplicó la ley islámica al país, tal como era interpretada por los sunitas.  Eso dio inicio a una serie de reclamos por parte de los chiitas, que han ido en aumento desde esa fecha.  Los chiitas sólo representan un 20% de la población; sin embargo, son suficientes en números para causar problemas y tensiones.


“La división entre chiitas y sunitas es una característica de la sociedad pakistaní. Las dos sectas mantienen mezquitas separadas y evitan realizar oraciones conjuntas. 

En los últimos años se produjo un recrudecimiento de los ataques contra la mezquita del otro, que se señala fueron inspirados por la violencia sectaria en Irak.”[4].

Durante este año (2013), Pakistán ha sido muy afecto por una serie de atentados terroristas, algunos de ellos siendo ataques entre sunitas y chiitas[5].


e.  En el Líbano

El porcentaje de chiitas en el Líbano es mucho más alto que en Siria.  Eso preocupa a los rebeldes en Siria, quienes temen que los activistas chiitas de Líbano podrían incursionar en la guerra civil en Siria.  El peligro se hace más patente cuando tomamos en cuenta que el movimiento guerrillero, en Líbano (Hezbolá), es chiita.

Hezbolá fue creado para librar una guerra contra Israel, con el fin de devolverles el territorio a los palestinos.  Recientemente, se ha advertido a los integrantes de  Hezbolá, que no se metan en el conflicto en Siria; porque de hacerlo, alimentarían el conflicto entre sunitas y chiitas, que desestabilizaría toda la región, e impediría la lucha contra Israel. 


f.   En Afganistán

Por años, los sunitas y los chiitas convivieron en este país en paz, porque estaba luchando contra un enemigo común – los rusos (durante los años 1970-1980).  Bajo el gobierno de los talibanes, la minoría chiita gozó de mayores libertades, y comenzó a celebrar sus festividades propias, aun en barrios donde predominaban los sunitas.  Sin embargo, poco a poco las tensiones entre ambos grupos comenzaron a manifestarse.

En parte, esto se debió a que una nueva generación de guerrilleros fueron en diferentes direcciones para entrenar (por razones étnicas).  Los sunitas fueron a Pakistán, mientras que los chiitas fueron a Irán.  En esos países, ambos grupos se radicalizaron, y volvieron a Afganistán con mayor odio mutuo.  Ese odio comenzó a sentirse o a manifestarse en crecientes ataques entre ellos.  Pakistán e Irán han jugado un papel importante en fomentar las tensiones dentro de Afganistán.  


Tanto Pakistán como Irán son vecinos de Afganistán, y quieren influenciar el futuro de ese país.  A ninguno de los dos les conviene una unidad entre los sunitas y los chiitas; así que, al parecer, Pakistán e Irán están incentivando actos de terrorismo, que les permitiría tener mayor influencia sobre el futuro del país.  Irán quiere extender el chiismo en Afganistán, mientras que Pakistán quiere evitarlo.  Así los dos países (Pakistán e Irán) se pelean entre sí, en el territorio afgano, por medio de terceras personas – los mismos terroristas que ellos entrenaron en sus países.


g.  En Bahréin

Hasta este momento, la situación en Bahréin parece estar tranquila.  Sin embargo, la realidad de ese país es que el gobierno sunita está dominando a la población chiita.  El gobierno ha declarado ilegal el movimiento de Hezbolá, por temor a que ese grupo terrorista fomentaría una guerra civil en Bahréin[6].


3.  EL FUTURO DE LA GUERRA CIVIL ISLÁMICA

Algunos temen que esta lucha entre los sunitas y los chiitas se irá agudizando en los siguientes meses, amenazando con desatar una guerra civil regional en todo el Medio Oriente.  No faltan los que acusan a los israelíes y a los norte americanos de estar fomentando las tensiones, considerando que es una buena forma de debilitar la amenaza de los países islámicos.  Sin embargo, otros afirman que hay una larga historia de sospecha y odio entre los dos grupos, que ellos no necesitan muchos incentivos externos para dedicarse a una guerra civil.  Lo que sí está claro es que en algunos países los mismos líderes nacionales son los que están fomentando el odio entre estos dos grupos.  Libros escritos por extremistas de ambos lados motivan más la guerra civil entre los sunitas y los chiitas, a nivel internacional.

Pero, ¿qué está haciendo Dios en todo esto?   Es difícil creer que una lucha interna, dentro del islam, que ha causado tantas muertes en el siglo 21, no esté bajo la mira de Dios.  ¿Podría Él usar este conflicto interno, entre sunitas y chiitas, para producir algún bien?  Creemos que sí.  Por cientos de años, ha sido muy difícil predicar el evangelio en los países islámicos.  Hay un rechazo muy fuerte contra el cristianismo, porque los musulmanes afirman que son ellos quienes les han atacado y matado, desde el tiempo de las cruzadas.

Lo que estamos viendo ahora, es una muerte en mayor escala de lo que jamás se vio antes (durante las cruzadas); sólo que en este caso, las muertes no son perpetradas por los cristianos, sino por los propios musulmanes.   Confiamos que el Espíritu Santo usará esta guerra civil dentro del islam, para ablandar los corazones endurecidos, y preparar el camino para una evangelización masiva de los musulmanes, y una gran conversión entre ellos, en los últimos tiempos.

Eso no significa que nos debemos alegrar por las muertes causadas en esta guerra civil; más bien, debemos estar orando por que la guerra civil cese lo antes posible.  PERO, también debemos estar pidiendo a Dios que cumpla Sus propósitos, por medio de esta guerra civil, y que obre en el corazón de millones de musulmanes, que aún resisten el evangelio del amor de Dios.


Conclusión

Durante la segunda mitad del siglo 20, casi todos los conflictos en el Medio Oriente tenían que ver con la nación de Israel.  En el siglo 21, la gran mayoría de tensiones en el Medio Oriente se deben a la guerra civil entre musulmanes.  El conflicto Israeli-Palestino está siendo desplazado por el conflicto suni-chiia[7].




















[1] http://www.coran.org.ar/Mundo_Actual_Pag2.htm
[2] Para mayores detalles acerca de esta posibilidad, ver: http://www.asturiasmundial.com/noticia/44426/siria-inicio-de-guerra-sunitachiita-en-medio-oriente/
[3] http://clioperu.blogspot.com/2012/02/diferencias-entre-sunitas-chiitas-y.html
[4] http://www.ipsnoticias.net/2007/10/religion-pakistan-chiitas-y-sunitas-enfrentados-en-campus/
[5] Ver http://en.wikipedia.org/wiki/Terrorist_incidents_in_Pakistan_in_2013.

[6] Para mayores detalles de la situación en Bahréin, ver: http://www.laproximaguerra.com/2013/10/acercamiento-entre-eeuu-e-iran-tensa-situacion-en-bahrein.html
[7] Para más detalles de este conflicto, ver: http://www.laproximaguerra.com/search/label/chiies-sunies.

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