Recientemente, los suizos han anunciado una
competencia para redactar un nuevo himno nacional. La competencia abre el 1 de enero del 2014, y
durará seis meses. El ganador recibirá
un premio de unos $10,000. Una de las
reglas principales de la competencia es que el nuevo himno no debe mencionar a
Dios. Los organizadores de la
competencia quieren eliminar a Dios de la vida pública en Suiza. Luego de la competencia, la letra del canto ganador
será sometida al parlamento para su aprobación, como el nuevo himno nacional
del país.
En la actualidad, el himno nacional de Suiza se llama,"El
Salmo Suizo". Fue compuesto en 1841,
por un líder cristiano; sin embargo, no fue reconocido oficialmente como el
himno nacional hasta 1981.
Aquí están las letras del himno (traducidas de la
versión inglesa):
"Cuando
el cielo matutino se vuelve rojo
Y esparce
sobre nosotros su fulgor,
Tú, Señor,
te manifiestas en la luz.
Cuando los
Alpes brillan con esplendor
Ora al
Señor, y entrégate a Él,
Porque
sientes y entiendes
Que Él
mora en la nación.
Al
atardecer Tú eres la noche
Y más allá
de las estrellas celestes
Tú, O
Padre amoroso, siempre cercano estás.
Cuando al
cielo volaremos
Gozo y paz
impartirás
Porque
sentimos y entendemos
Que Tú
moras en la nación.
Cuando las nubes oscuras envuelven los montes
Y la neblina gris llena los valles
Tú no estás escondido de Tus hijos.
Irrumpe en las tinieblas en que temblamos
Con el poder limpiador de Tú sol.
Entonces
sentiremos y entenderemos
Que Tú moras en la nación".
Como vemos, las palabras del himno son impresionantes. ¿Por qué, entonces, quieren cambiarlas? Lukas Niederberger, el que está promoviendo la redacción del nuevo himno nacional, dijo lo siguiente: "El problema con el himno actual son las letras. Oficialmente, el himno es un salmo, una oración; pero [en Suiza] tenemos una sociedad abierta, religiosamente neutral. Tenemos ateos, y ningún dios en particular; así que este himno es un problema".
Como vemos, las palabras del himno son impresionantes. ¿Por qué, entonces, quieren cambiarlas? Lukas Niederberger, el que está promoviendo la redacción del nuevo himno nacional, dijo lo siguiente: "El problema con el himno actual son las letras. Oficialmente, el himno es un salmo, una oración; pero [en Suiza] tenemos una sociedad abierta, religiosamente neutral. Tenemos ateos, y ningún dios en particular; así que este himno es un problema".
Lo que los organizadores de esta competencia alegan es
que quieren tener un himno que refleje los valores y la cultura de la sociedad
suiza. Sin embargo, hay dos grandes
verdades que se deben tener en cuenta:
i.
Oficialmente, más de 80% de la población
suiza dice ser cristiana (Católica o Protestante). Esas Iglesias son sostenidas, en parte, por
los impuestos que toda la población paga.
Así que no es cierto que Suiza es un país "religiosamente
neutral".
ii.
En la historia de Suiza, el
cristianismo ha sido importante por siglos. Por lo tanto, la Iglesia cristiana figura como
una parte esencial de la cultura de Suiza.
Lo que está pasando es que un grupo de suizos está
queriendo negar la tradición cristiana de ese país, y está queriendo imponer el
secularismo sobre la sociedad. Lamentablemente,
eso es algo que está pasando en todo el continente europeo.
¿Cuál será la consecuencia de este secularismo radical?
El apóstol Pablo, es bastante claro al
respecto.
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e
injusticia de los hombres que detienen
con injusticia la verdad...Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido...Por lo cual Dios también los entregó a la inmundicia,
en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus
propios cuerpos..." (Rom 1:18, 21, 24).
Dios ha sido muy bueno con el país de Suiza. Les ha dado un hermoso paisaje, que es la
envida de todo el mundo, atrayendo a miles de turistas cada año - algo que
contribuye considerablemente a su buen estado económico. Gracias a Dios han disfrutado años de paz y
tranquilidad; y una sociedad ordenada, basada en los valores cristianos.
Si los suizos ahora rechazan a Dios, y a propósito
tratan de eliminarlo de sus vidas, las consecuencias podrían ser terribles. Dios es paciente y lento para la ira; pero
cuando los seres humanos se atreven a negar la verdad de la existencia de Dios,
Él tiene Su manera de expresar Su juicio contra dicha nación.
Lamentablemente, lo que está pasando en Suiza es un
fiel reflejo de casi toda la sociedad europea.
Ya vemos la sombra del juicio de Dios acercándose a dicho continente, en
la forma de un crisis económica, y una tremenda crisis moral. Este intento de cambiar el himno nacional, y
eliminar a Dios de la conciencia colectiva, es parte de las señales de los últimos
tiempos. Nos advierte de lo que nos
espera, al acercarnos al fin.
Los que vivimos en países latinoamericanos, debemos
dar gracias a Dios por el avance del evangelio en este continente. Los peruanos, en particular, deben alegrarse
que la estrofa del himno nacional que se canta en su país concluye con las
palabras, "Renovemos el gran juramento, que rendimos al Dios de
Jacob".